El dolor lumbar (también conocido como lumbago, lumbalgia o dolor de espalda) es la principal causa de discapacidad en todo el mundo y, a menudo se asocia con tratamientos costosos y que muchas veces resultan ineficaces e, incluso, dañinos. Entonces, ¿Por qué los dolores lumbares producen discapacidad? ¿Por qué los profesionales de la salud muchas veces tratan de manera errónea estos cuadros? Existen muchos mitos sobre el dolor lumbar, los que generalmente terminan provocando mayores niveles de dolor, discapacidad, ausentismo laboral, y abuso de medicamentos entre otros. Los mitos sobre el dolor lumbar son habituales en la población y pueden ser reforzadas por los medios de comunicación, redes sociales y influencers.
Primero queremos compartir con ustedes 10 mitos sobre el dolor lumbar y mostrar cómo estos pueden afectar a las personas. Luego, les mostraremos 10 verdades sobre el dolor lumbar y cómo se debería abordar adecuadamente el dolor de espalda. .
Mitos sobre el dolor de espalda que no están respaldadas por la ciencia:
- El dolor lumbar suele ser una afección médica grave. (FALSO)
- El dolor de espalda se volverá persistente y empeorará en la edad adulta. (FALSO)
- El lumbago persistente siempre está relacionado con el daño en los tejidos. (FALSO)
- Los exámenes siempre son necesarios para detectar la causa del dolor lumbar. (FALSO)
- El dolor relacionado con el ejercicio y el movimiento siempre es una advertencia de que se está haciendo daño a la columna. (FALSO)
- La lumbalgia es causado por una mala postura al sentarse, pararse y/o levantar objetos. (FALSO)
- El dolor lumbar es causado por la debilidad de los músculos del “CORE» y tener un CORE fuerte protege contra el dolor lumbar futuro. (FALSO)
- La carga sobre la columna vertebral de manera reiterada da como resultado un «desgaste» que daña los tejidos. (FALSO)
- Episodios de dolor son un signo de daño estructural, o de tejidos y requieren descanso. (FALSO)
- Los tratamientos con medicamentos fuertes, las inyecciones y la cirugía son efectivos y necesarios para tratar el dolor lumbar. (FALSO)
Cambios de comportamiento y estrés psicológico asociado al dolor de espalda.
También podemos observar algunas respuestas conductuales de poca utilidad, como evitar algunas posturas y movimientos normales de la columna vertebral, y en algunos casos por indicacion medica, que dejen de hacer ejercicio.
Estas ideas erróneas también pueden conducir a conductas protectoras ineficaces, como enfocarse solo en los músculos del «CORE» porque protegen a la columna, o en limitarse a realizar solo movimientos lentos y cautelosos. Además, pueden llevar a una persona a optar por intervenciones biomédicas y/o invasivas en un intento de aliviar los síntomas (farmacología, inyecciones), corregir fallas posturales o reparar estructuras supuestamente dañadas (tratamientos con células madre, cirugía).
Estas creencias también pueden contribuir a una mentalidad negativa con respecto al dolor lumbar, lo que lleva a la vigilancia del dolor, al miedo a participar en actividades y a preocupaciones por el futuro. Estos factores pueden afectar la salud mental y llevar a las personas a estados de estrés, ansiedad y depresión.
Diez verdades sobre el dolor lumbar
Una mentalidad positiva con respecto al dolor lumbar se asocia con niveles más bajos de dolor, discapacidad y búsqueda de atención médica. Una vez que se excluyen las señales de alerta y la patología grave, la evidencia respalda que:
- El dolor lumbar no es una afección médica grave que ponga en peligro la vida. (VERDADERO)
- La mayoría de los episodios de dolor lumbar mejoran con el tiempo. El dolor lumbar no empeora a medida que envejecemos. (VERDADERO)
- Una mentalidad negativa, un comportamiento de evitación del miedo, expectativas de recuperación negativas y comportamientos deficientes para afrontar el dolor están más fuertemente asociados con el dolor persistente que con el daño estructural o de los tejidos. (VERDADERO)
- Los exámenes como las resonancias magnéticas no determinan el pronóstico del episodio actual de lumbalgia, la probabilidad de una discapacidad futura del dolor lumbar y no mejoran los resultados clínicos del dolor lumbar. (VERDADERO)
- El ejercicio gradual y los movimientos en todas las direcciones son seguros y saludables para la columna. (VERDADERO)
- La postura de la columna al sentarse, estar de pie y levantar objetos no predice el lumbago o su persistencia. (VERDADERO)
- Un núcleo débil no causa dolor lumbar, y algunas personas con dolor de espalda tienden a tensar demasiado sus músculos del «CORE». Si bien es bueno mantener fuertes los músculos del tronco, también es útil relajarlos cuando no se necesitan. (VERDADERO)
- El movimiento y la carga de la columna son seguros y aumentan la resistencia estructural cuando se hace de forma adecuada. (VERDADERO)
- Los episodios de dolor están más relacionados con cambios en la actividad, el estrés y el estado de ánimo que con daños estructurales. (VERDADERO)
- La atención eficaz para el dolor lumbar es relativamente barata y segura. (VERDADERO)
La importancia de la educación
Es de vital importancia desarrollar una educación centrada en la persona que fomente diversos mecanismos para optimizar la salud física y mental, como por ejemplo, hacer ejercicio, participar en actividades sociales y desarrollar hábitos de sueño saludables.
Los profesionales de la salud deben comprometernos a brindar a las personas educación y atención para el dolor lumbar basada en evidencia. Explorar las preocupaciones, los miedos y las creencias de los pacientes sobre el dolor lumbar brinda una oportunidad para una discusión constructiva respaldada por técnicas motivacionales. Entrenar a las personas para que se involucren con confianza en posturas variables, movimiento, carga graduada, actividad física, vida saludable, participación social y laboral, puede desarrollar una mentalidad positiva con respecto al dolor lumbar. Esto puede ayudar a reducir la angustia y desarrollar la autoeficacia para que las personas se autogestionen mejor, permitiendo así que los pacientes tomen decisiones mejor informados sobre su atención.
Fuente: https://bjsm.bmj.com/content/54/12/698
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